martes, 27 de marzo de 2012

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Hey! Here you have our story translated into Spanish! 

“EL ZORRO QUE NO SE DEJA ACONSEJAR”

Hubo una vez, no hace mucho tiempo, en un bosque conocido por sus habitantes como “El Estanque”, un enorme lugar plagado de niños con ganas de aprender y divertirse, de enormes patios de juego, clases llenas de color y un horrible sonido que anunciaba la vuelta a casa. Asistían a él respetables señores, algunos más amables, otros más testarudos… pero al fin y al cabo, todos ellos resumidos en una simple palabra: maestros. El lugar del que hablamos se llama escuela.

Un día de primavera, con el sol saliendo sobre la colina de al lado y los pájaros cantando mi canción favorita, esperaba a mis amigos en el río de siempre para ir “al cole”. No tardaron mucho en llegar Ratoncín y Serpentino, con los que comparto pupitre en clase.

- ¡Hola, chicos!- dije alegre.

- ¡Hola, Ardillen!, ¿Cómo llevas los deberes que mandó ayer el Señor Zorro en clase? No entendemos nada, por más que nos leemos el tema de “Los seres humanos” todavía no podemos entender cómo se reproducen.

 Bueno, yo más o menos creo que si que lo he entendido… ayer estuve navegando por la red y encontré algunos dibujos muy buenos que lo explicaban a la perfección -  repliqué.

-  ¿Navegando por la red? ¡Pero si el Señor Zorro dice que eso es de locos!

Mientras tanto, a lo lejos se oían las risas de nuestros amigos: Mofeta (o más conocido como “El Mofetilla”), Buhez y Patita, con la que me encantaba pasar las tardes en el río.

 ¡Buenos días! – dijeron todavía entre risas.

- ¿Qué os pasa que venís tan alegres? – preguntó Serpentino.

Nos estábamos riendo de lo que ha twiteado el Señor Conejo hace unos minutos. Nos está preparando una actividad chulísima para hoy – dijo Patita aún fatigada de la risa.

- El Señor Zorro dice que “eso de la red” son sandeces, que los que la usan están locos – dijo Ratoncín con tono sarcástico.

- Bueno, ¡vámonos que vamos a llegar tarde! – dijo “El Mofetilla”

Caminamos durante un rato hasta llegar a la escuela, y allí estaban como todos los días el Señor Zorro,  un ser inteligente, culto y serio. Su método de enseñanza es la clase magistral, le encanta impartir clases en las que el libro de texto es el protagonista y su principal ayuda. Es reacio a utilizar las nuevas tecnologías, ya que las tacha de “dispositivos vacíos de contenido que no aportan nada”, y el Señor Conejo, también inteligente y culto aunque, a diferencia del Señor Zorro, es muy hablador y dinámico, siempre está preparando actividades nuevas y creativas que hacen que los alumnos se sientan motivados y quieran aprender.  Como siempre, se encontraban discutiendo en la esquina del pasillo que unía sus clases.

- He oído que quiere invertir el dinero en la compra de más ordenadores, y la biblioteca está falta de libros -  dijo el Señor Zorro.

- Ha oído usted bien, Señor. ¿Y qué problema hay en ello? Los estudiantes con los ordenadores tienen acceso a un montón de libros electrónicos, tutorías online, video lecturas… aparte de otros muchos más recursos.

- Los libros de hoy en día, perdone que le diga, no son como los de antes, están muy actualizados. Además, una máquina no proporciona inteligencia. Míreme a mí, yo fui educado con libro y papel.

- Usted fue educado por su maestro/a, el libro solamente era una ayuda, al igual que Internet hoy día. Señor, los que verdaderamente educan son los docentes. Lo que debemos conseguir es que nuestros alumnos construyan su propio aprendizaje, que investiguen, que no se resignen a memorizar lo que esté escrito en el texto, sino a comprender esa información y extrapolarla a otros campos. ¿No le parece impactante que en la sociedad tecnológica en la que vivimos solamente haya un único recurso de información?  

- ¿Pero usted piensa que yo tengo tanto tiempo libre? ¿De verdad cree que yo puedo centrarme en aprender como funciona ese “fantástico mundo” de la red, o en preparar actividades cada día? Lo que yo prefiero es que los niños aprendan los contenidos, como siempre se ha hecho. Y ahora, si me disculpa, debo dar mi clase. Buenos días.

Sonó la campana y fuimos a clase. Buhez, “El Mofetilla” y Patita fueron a clase con el profesor Conejo, mientras que Ratoncín, Serpentino y yo fuimos con el Señor Zorro. Quedamos en vernos en la hora del recreo para jugar a “las madrigueras”.

¡Hey, chicos! ¿Habéis visto la que han tenido esta mañana los profes? Siempre están igual… ¿Cómo os ha ido hoy? - dijo Buhez.

- Sí, los hemos visto – replicó Serpentino – Hoy no hemos hecho gran cosa, lo de siempre, el profesor Zorro ha dado su clase dictando y nosotros hemos copiado, aunque no sabíamos ni lo que estábamos copiando. Y vosotros, ¿qué habéis hecho? , ¿cómo os ha ido?

- Pues hoy ha sido una clase genial. Hemos hecho una línea de tiempo con la herramienta "Dipity" para explicar la evolución humana, buscando fotos e información. ¿Sabíais que los antepasados de los humanos son los monos? A lo mejor la profe RaiMona se convierte algún día en uno de ellos… - dice “El Mofetilla” riéndose- Luego, lo hemos colgado en la red y lo hemos compartido con alumnos de otros colegios, ¡nos han dicho que les había encantado!

¿En serio habéis hecho todo lo que nos decís? ¿y por qué nosotros no hacemos nada de eso?

Sonó el timbre que anunciaba la vuelta a clase tras media hora de recreo y, como siempre, Buhez, “El Mofetilla” y Patita fueron a clase con el profesor Conejo, mientras que Ratoncín, Serpentino y yo fuimos con el Señor Zorro. Cuando entramos a clase y nos sentamos en nuestros pupitres, antes de que el Señor Zorro comenzase su explicación, Ratoncín levantó valientemente la pata  y dijo:

- Profesor Zorro… ¿por qué tiene usted tanto miedo al cambio?

Moraleja: El cambio cuesta, requiere esfuerzo y dedicación. Debemos reaccionar y  apostar por nuevos métodos, no dejarnos llevar por el camino fácil… no tener miedo a lo nuevo, lo diferente. 

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